Lo emocionante de la vida son las variaciones multicolores y diversas que tienen las experiencias que vivimos los seres humanos. Tan diversas que en un día podemos pasar de la euforia a la tristeza, a la frustración, a la calma… Realmente, el ser humano está lleno de matices que degradan un día con inusitada facilidad.
Todo esto hace parte de la capacidad de creación del ser humano, en la cual el ingenio tiene un papel predominante, porque de cada circunstancia aprendida surge la imaginación, la inventiva para crear las cosas más maravillosas y especiales. Todo esto, en un fluir genial, lleno de motivación y movimiento, como una ola al vaivén del viento…
Y, a medida que el viento lleva el pensamiento tan lejos como el ser humano quiera, surge la emoción, el sentimiento y, con él, el poder de creación, envuelto en la capacidad para observar, para “pillar” cada detalle de manera renovadora, diferente y especial. Entonces, surge la innovación, como manifestación y concreción de la fantasía dibujada en la mente y el espíritu de ese ser humano.
Así, el ser humano ha creado las cosas más hermosas, los momentos más brillantes, la transformación y la realización, para hacer su vida tangible y real. Así construye un entorno, un contexto, para orientar su vida directamente al cumplimiento de su propósito en su vida, ya sea éste en el ámbito personal, familiar o laboral.
Pero, por otro lado, en esa misma diversidad, el ser humano es capaz de crear destrucción, desolación, tristeza, también tangibles y reales. Ahí, el propósito no es claro y el ser humano está, literalmente, perdido en uno o varios contextos de su vida.
Así se entiende la paradoja de la vida, en la cual el ser humano es el creador principal, el dueño de sus decisiones y acciones, en medio de un irrenunciable “libre albedrío”.
La buena noticia es que, día tras día, durante la realización de su viaje, el ser humano es capaz de Inngeniar su vida, al mezclar la innovación con el ingenio, para transformar lo malo en bueno y lo bueno en genial.
En un contexto creativo, la dinámica de cambio y movimiento se cataliza a través de la enseñanza, la motivación y el soporte que se brinda a las personas, para emprender nuevos desafíos y aprovechar nuevas olas de innovación.
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