Hoy en día puedes encontrar un raudal impresionante de consultores o asesores que ofrecen sus servicios de todo tipo, tanto a empresas como a profesionales. Encuentras desde personas que recién inician su actividad como consultores, muchos después de haber dejado sus empleos, hasta profesionales con muchos años de experiencia en esta actividad.

Todos ofrecen sus servicios al mejor estilo, con variados argumentos, tratando de convencer a su cliente ideal de que son la mejor opción para desarrollar sus proyectos profesionales o empresariales. Y, seguramente, sus argumentos son válidos y todos ofrecen lo mejor de cada uno… Pero, ¿cuál de ellos reúne las condiciones necesarias para hacer tus sueños realidad y poder llevar a feliz término ese proyecto (cualquiera que sea) que tanto te interesa? ¿Cuáles son las características «ideales» que un consultor debe tener para realizar un acompañamiento profesional y confiable a tus proyectos?

La «universidad de la vida» nos enseña la mejor manera de hacer las cosas, muchas veces con sacrificio y lucha, y siempre con gran acierto. Así mismo, la norma ISO 10019:2005 establece los criterios para la selección de Consultores de Sistemas de Gestión de la Calidad, en la cual se establecen algunas características a tener en cuenta.

Entonces, te invito a que recorramos juntos algunas «gotas de sabiduría» relacionadas con esas características deseadas y deseables que un consultor debe reunir para hacer un mejor trabajo.

 

Características de un Consultor Excelente

 

      1. Atributos personales. Por encima de cualquier consideración, el consultor es un ser humano… nada más. Y, como tal, está inmerso y expuesto a todas las características de su naturaleza humana. En tal virtud, el consultor, para que sea excelente, debe trascender como ser humano y enfocarse a fortalecer actitudes que agreguen valor a su cliente, a su vida y a su experiencia personal y profesional. Algunas de estas actitudes son esenciales: Ético, responsable, decidido, seguro de sí mismo, versátil, perceptivo, comunicativo, práctico y observador.

    2. profesionales y experiencia. La consultoría es una actividad intensiva en gestión del conocimiento, por lo cual se requiere un alto grado de habilidad técnica y fundamentación teórico-práctica sobre el quehacer de una organización. Pero, la oferta de valor diferencial se construye sobre su capacidad para integrar el conocimiento existente, aplicarlo a las necesidades de la organización y crear un contexto que sea propicio para que la organización se diferencie y obtenga el mejor resultado de su experiencia. Finalmente, se «dibuja» un conocimiento organizacional en «tercera dimensión» con el cual se logra un entendimiento superior sobre alguna temática específica. Esa es la verdadera esencia de un consultor excelente.

    3. Experiencia de vida. La experiencia de vida la conforman todos aquellas vivencias personales y profesionales capaces de construir conocimiento para pasar, sistemáticamente, al siguiente nivel. Esto es vital en el aporte que un consultor es capaz de dar a su cliente, especialmente en aquellos momentos y circunstancias que exigen actuar y decidir, para las cuales no existe un «manual» determinado. Seguro has vivido alguna circunstancia compleja, en la cual quisieras contar con un manual para saber qué hacer, pero que, infortunadamente éste no existe… Te ha pasado? A mí también, un montón de veces. En momentos así, el apoyo de un consultor excelente que te ayude a entender y a tomar una mejor decisión desde perspectivas diversas, será muy bien recibido y generará una gran tranquilidad.

   4. Comportamiento ético y credibilidad. El trabajo del consultor exige acceder, en muchas ocasiones, a información privilegiada del cliente, especialmente aquella que representa una oferta de valor diferencial corporativa y que, en manos ajenas podría hacer perder competitividad. Por esta razón, el establecimiento de un inamovible código de conducta del consultor es crucial para generar la credibilidad y confianza que la relación cliente-consultor necesita.

 

Si siguiéramos revisando este interesante tema, encontraríamos muchas otras características. Pero, en mi experiencia, estas que acabamos de revisar son, verdaderamente, vitales para pasar de bueno a excelente como consultor, generando, así, una oferta de valor que seguramente tú como cliente (o incluso como consultor) valorarás.

Esta ha sido otra maravillosa oportunidad de compartir conocimiento contigo. Espero que te haya gustado tanto o más que a mi. Ojalá podamos compartir otros temas y otros espacios, en lo cuales creemos valor, aportemos y aprendamos. Recuerda hacer tus comentarios abajo y hacer sugerencias sobre este u otros temas que pudiésemos tratar juntos. Ya sabes que puedes contar conmigo.

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